Ahora que llega
el verano, los padres se preguntan cómo debe cambiar la alimentación de sus
hijos en estos meses de calor. Uno de los puntos principales es realizar entre
5 y 6 comidas al día aunque más ligeras. Además se deberá adecuar la ingesta de
líquidos, sobretodo en las horas de más calor, para evitar posibles
deshidrataciones. Consumir más frutas y verduras, ya que también nos aportan
agua.
Pero si hay una
duda que se repite todos los veranos, tiene que ver con el consumo de helados. Según el R.D. 618/1998, de 17 de abril, por el que
se aprueba la Reglamentación técnico-sanitaria para la elaboración, circulación
y comercio de helados, son
preparaciones alimenticias que han sido congeladas simultánea o posteriormente
a la mezcla de las materias primas utilizadas y que han de mantener la
congelación, hasta el momento de su venta al consumidor.
Pero existen helados de muchos tipos:
- Helado de crema: 8 % de materia grasa de origen lácteo.
- Helado de leche: 2,5 % de materia grasa de origen lácteo.
- Helado de leche desnatada.
- Helado: 5 % de materia grasa y proteínas exclusivamente de origen lácteo.
- Helado de agua
- Sorbete: 15 % de frutas.
- Los helados de agua y los sorbetes, que se presenten en estado semisólido se denominarán “granizados”.
La composición depende de la
variedad, siendo por término medio la siguiente:
- 204 kcl/100 gr
- 4,5 gr proteínas/100 gr
- 10,1 gr grasa/100 gr
- 24,5 gr CH/ 100 gr
Por ello,
estamos ante un alimento de alto valor nutritivo y aporte calórico moderado.
Los helados de leche además tendrán una elevada aportación de calcio y
proteínas. La principal limitación para su consumo moderado, la suponen los
azúcares, que pueden llegar hasta un 25%. Actualmente existen en el mercado helados
dietéticos, preparados a partir de helados de leche, con bajo contenido en
grasa, y a los cuales se les han eliminado los azúcares y se han sustituido por
fructosa o sorbitol.
Los helados pueden integrarse como postre de las comidas, siempre y
cuando se alternen con el consumo de frutas además de incluir en las comidas
las raciones necesarias de verduras y hortalizas.
Lo más recomendable es que no pierdan el carácter de alimento
estacional, propios sobre todo del verano, y así evitaremos los excesos y sobretodo que nuna sustituyan a la fruta como postre.